Comencé
en el Preescolar Burbujita con año y medio donde, según mi mama porque
sinceramente vagamente recuerdo, me encantaba. Estudiaba con mi prima que es
tan solo tres meses mayor que yo y siempre estábamos juntas. Luego
mis padres querían que aprendiera ingles desde muy pequeña e hicieron
todo lo posible porque entrara en la Academia Washington, pero ya que los
cupos en ese colegio son imposibles, mi mama busco la opción del
Cristo Rey, ya que mi prima estudiaba ahí. No logre entrar en el
Washington entonces mi mama decidió meterme en el Cristo Rey, a tan
solo 2 días antes de empezar en el Cristo Rey, uniforme, útiles y todo
comprado, la directora del Washington llama a mi mama y le dice que una alumna
de mi grado se había retirado y que el cupo era mío. Entre tres
días después que el resto de mis compañeros, pero entre.
La Academia
Washington fue un colegio el cual ame y a la misma vez deteste, estudie ahí
durante 14 años y conocí y crecí con personas increíbles, con
las que estudie desde los cuatro años y todavía sigo siendo muy unida. Es
un colegio pequeño, donde hay mas o menos 18 personas por salón, por ejemplo en
mi promoción somos 33. Es un colegio muy familiar e integral en donde
todos participan en diferentes actividades tanto académicas como
extracurriculares. El ingles es tan importante como el castellano, por eso se
caracteriza por ser un colegio bilingüe.
Al
graduarme de bachiller en el 2012 decidí irme un año a Burdeos en Francia de
modo de aprender un tercer idioma, que en este caso seria el francés. Al llegar
de Francia en junio del 2013 me inscribí para psicología en la
Universidad Metropolitana. Hoy en día me encuentro encantada con la
universidad y espero que este encanto perdure hasta graduarme.
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